Dômyoji había quedado allí, de pie, sin saber qué hacer. Sus piernas no respondían, y su cuerpo, laso, empezaba a dolerle terriblemente. Su mente, llena de las palabras que Makino había pronunciado casi como si a ella no le hubieran destrozado, estaba a punto de estallar. "
Dômyoji había quedado allí, de pie, sin saber qué hacer. Sus piernas no respondían, y su cuerpo, laso, empezaba a dolerle terriblemente. Su mente, llena de las palabras que Makino había pronunciado casi como si a ella no le hubieran destrozado, estaba a punto de estallar. "
Songfic Sueños entre niebla. Entre nieblas, recorro este mundo envuelto en tinieblas, buscándote, desesperado, tinieblas que se entrometen entre los dos, separándonos cada vez más, sin darnos un respiro, una oportunidad. Te busco, oigo tu voz a lo lejos, huelo tu fragancia, me
Capítulo Dos
Tonks Tonks estaba sentada en la misma silla donde siempre descansaba Lupin desde hacía ya innumerables años, bebiendo a sorbos grandes de una botella que había cogido de la alacena. El líquido era realmente fuerte, bajaba por su garganta abrasándola, y calentaba su estómago, d
Capítulo Uno
Lupin Lupin escondió su cara entre sus finos brazos, llorando lánguidamente la pérdida de aquel hombre al que no podía olvidar. Sirius, con sus diferencias, sus malas y sus buenas cualidades, se había adentrado en su corazón, haciéndose con un hueco y apropiándose de su amor.
- ¡¡Maldito seas, POTTER! - gritó, aulló casi, sintiendo que algo lo desgarraba por dentro. - Te odio, ¡¡TE ODIO! ¡¡Te la has llevado! ¿Porqué a tí? ¿Porqué tú?... Se calló de golpe, suspirando largamente, intentando calmar sus ansias. Pero, de sus ojazos negros como la noche
- ¡¡Maldito seas, POTTER! - gritó, aulló casi, sintiendo que algo lo desgarraba por dentro. - Te odio, ¡¡TE ODIO! ¡¡Te la has llevado! ¿Porqué a tí? ¿Porqué tú?... Se calló de golpe, suspirando largamente, intentando calmar sus ansias. Pero, de sus ojazos negros como la noche
Drabbles
Severus rió como un niño, y resultó extraño. Tan extraño, que aquél adolescente sintió un escalofrío de temor en su nuca. Aún así, se acercó a él, tentativamente. El profesor, tantas veces distante y frío, parecía en aquél momento totalmente opuesto. Deshinibido, dejó caer la
Drabbles
- Narcissa, debemos dejar de vernos... Lo mejor para tí es que nadie lo sepa. Arrugó la capa al sentarse frente a la mujer, que lo miraba desafiante, con ojos azules y rostro impávido. De pronto, se abalanzó a los pies del hombre, besando sus manos, suplicante. - Severus.. por
Drabbles
Sabin, sentada en su balancín de madera, viejo y roído, dormitaba en un sueño inconstante, entreabriendo los ojos en cortos intervalos. Se sentía intranquila ; a pesar de que aquél día había sido igual de rutinario que los que lo habían precedido, algo en el aire la había llevad